Hoy mis alas son de hiedra, para trepar por tu bendito cuerpo, acariciar tu bella alma y, con suculento encanto acabar besando tu espalda.
Seremos dos almas en un mismo cuerpo. Dos seres complementarios y etéreos amándose y compartiendo mucho más que espacio y tiempo.
Entre ambos, no habrá lugar para llantos apenados, celos desmedidos o miedos incontrolados. Pues del jardín del amor bello y auténtico, sólo nacen rosas triunfadoras armadas de coraje y pasión y, querido y amado Ser, por mucho que las aterradoras tormentas o el persistente viento deseen separarnos, nuestra rosa, ese tesoro que de nuestro amor floreció y reclamó atención, luchará con elegancia por hacerse un hueco en el onírico mundo de los amantes dichosos. Allá donde la belleza se respira, los sentidos llevan nuestros nombres, y el placer se vive desde el corazón palpitante y loco.
Y es que adoro nuestras diferencias, y amo la libertad de nuestras almas. Y la forma en que, aún siendo dos seres auténticos y completos, nos fundimos en complicidad, empatía y confianza. Y la magia que desprende tu sonrisa iluminando mi mundo cada mañana.
Sara Balsera.
Me encanta esta "locura sabia". Disfrútala amiga mía.
ResponderEliminarGracias mi querido amigo, me alegra mucho de que te haya gustado...
EliminarSon palabras sentidas y evocadoras. Quizás algún día sean también vividas ^^
Un fortísimo abrazo con mucho cariño :)