Hoy deseo darme a conocer. Desnudarme ante ti y desprenderme de mi apariencia humana, para así mostrar mi alma elemental.
Las ayalgas procedemos de un linaje muy, muy antiguo de la familia de las ninfas y hadas.
Somos bondadosas y estamos altamente conectadas con la esencia de la Gran Madre. Poseemos el don de la comunicación con todo Ser que posea alma independientemente del reino al que pertenezca.
Existen muchas leyendas sobre nosotras, y en otras zonas del país e incluso del mundo, recibimos otros nombres. Encontrarás falacias, mentiras, e invenciones basadas en la ignorancia y en el miedo a lo desconocido. Mas no temas, pues el único interés que depositamos en vosotros, los humanos, es el de ayudar, cuidar y guiar.
Claro que, por desgracia, los humanos se empeñan en seguir dormidos, viviendo una vida que no les llena, perdidos en un mundo indeseado, y eligen ser víctimas de sus propias decisiones ahogándose así en un mero vaso de agua.
Los seres elementales, al menos una vez en toda nuestra existencia, tenemos la oportunidad de encarnarnos para cumplir esa misión.
Y ahora que me conoces mejor, permíteme compartir espejo y mostrarte mi compasión.
Aquí me encuentro frente a ti, humano de la nueva era. Aún apenas despierto, mas al menos reconoces que tu corazón posee ojos, y sólo con ellos podrás ver en su totalidad el mundo que te rodea.
Ser inestable, quisquilloso, inconformista, y a veces inaguantable. Ser perdido en un mundo carente de juicio y sentido. Un mundo que los humanos ciegos y dormidos crearon para privarte de la auténtica verdad.
No desesperes, e indaga en tu interior. Sólo allí encontrarás respuestas.
¿A caso no sientes vida en él? ¿No percibes la energía que te rodea constantemente, te atraviesa sin piedad, eriza el vello de tu cuerpo cuando algo te estremece, y revolotea en tu estómago mientras saboreas una muestra de amor?
Llevas toda tu existencia en busca de algo sobrenatural que te recuerde tu insignificancia, mas siento decepcionarte. Eres sumamente valioso. Posees el don de la libertad, de los sentidos, del amor, de las emociones. Eres un ser salvaje, libre y auténtico. Nunca habrá otro ser igual a ti. Sin ti el mundo no sería el mismo, pues faltaría una pieza importante.
La verdadera magia se encuentra en tu interior, en cada suspiro, en cada impulso apasionado... Y se escapa entre tus dedos al intentar ver más allá de lo que tus ojos pueden alcanzar. Asómate a tu interior. Posees todo un universo. Conócete, ámate, nútrete y permítete entonces ser consciente de lo maravilloso que eres. Al reconocer tu valía, podrás observar el hermoso mundo que te rodea, sentir su magia e impregnarte de ella.
Cuando tu alma se encarna, nace un ser puro, con los ojos del corazón abiertos. Reencuéntrate con tu niño interior, pídele consejo y acúnalo.
La vida no es más que una nueva oportunidad. Ten el coraje de vivirla apasionadamente y sin tapujos. La intensidad la gradúas tú, mas no dejes de sentir, pues si no sientes estarás muerto.
Se libre, y recuerda que posees el poder de la superación. Que todo está conectado y todos somos uno. Así ha sido siempre.
Es momento de despertar.
Con amor,
Una vieja amiga.